Con una beba de apenas tres meses en brazos, Cecilia Álvarez abrió un spa de manos en Florencio Varela. Siempre supo que hacer uñas era lo que más le apasionaba en el mundo y apenas tuvo la oportunidad, se lanzó con todo sin saber lo que vendría detrás: su trabajo escaló rápidamente y en pocos años montó un imperio en un rubro que actualmente la rompe. Hoy tiene una sucursal en Miami y sueña con poder atender a Lionel Messi y Antonela Roccuzzo.
Paralelamente, había comenzado la carrera de psicología, pero cuando le faltaba poco para recibirse decidió abandonar todo e ir por lo que realmente le gustaba. “Fue la decisión más difícil de mi vida, dudé mucho sobre si la estaba cagando, pero creo que valió la pena”, sostuvo.
“Mi papá era panadero y mi mamá empleada doméstica. Vengo de una familia de laburantes a los que les costaba un montón todo, pero que hicieron lo mejor por mí y eso hizo que después pueda abrir mi saloncito, que al poco tiempo se convirtió en una mega empresa y que generó que hoy seamos líderes en el rubro. Todo eso, sin dudas, tiene que ver con la educación que me dieron, que apoyaron y también que pagaron”, detalló Ceci.
Mamá emprendedora
Con una beba de apenas tres meses en brazos, Ceci arrancó con el sueño de su vida. Su primer local lo abrió en la localidad bonaerense de Florencio Varela y se repartía para todo.
Con muchas dudas, finalmente optó por anotarla en un maternal. “Yo trabajaba tranquila, la pasaba a buscar y disfrutaba de tener un bebé en casa que hoy ya tiene seis años”, aclaró.
“Lo mío siempre fue el arte sobre las uñas, no soy manicura como las de antes. Hoy hay toda la camada nueva de las técnicas y artistas de uñas. Antes no lo decía porque me daba vergüenza, pero con los años empecé a cuestionarme eso y a jerarquizar lo que hacía porque somos personas que entrenan, que practican mucho tiempo para dar un servicio”, agregó.