Crecen los contagios de gripe en el país. ¿Nos preocupamos?

Con síntomas muy similares a los del Covid, el Ministerio de Salud de la Nación al personal de salud a estar atento ante un alerta epidemiológico.




El Ministerio de Salud argentino señaló que desde fines de noviembre de 2021 comenzaron a registrarse los primeros casos de la gripe del virus influenza y actualmente en varias localidades del país se registran diferentes brotes de contagio.

En las primeras seis semanas de 2022, ya había más de 160 casos notificados (100 de los cuales fueron subtipificadas: un 99% fueron de influenza A H3N2 y 1% influenza A H1N1), según indicó el sitio El Destape. Buenos Aires, Salta, Santa Fe, Tucumán, Jujuy y Ciudad de Buenos Aires registraron diversos casos que activaron el alerta epidemiológico.

“Seguramente hay bastantes más, algo que también es inusual para esta época del año, porque si bien en verano puede haber algunos casos, son aislados –aclara el especialista–. Habría que ver si en todos los diagnosticados se pudo hacer la detección de gripe, que también se hace por PCR y antígenos, como la de Covid. Hasta ahora, ésta estaba concentrada en la pandemia, pero estamos viendo que hay gente que viene con síntomas de Covid, que son prácticamente iguales a los de influenza, y algunos son positivos para esta última”, se amplió.




¿Cuáles son los síntomas de la gripe influenza?

La influenza llega acompañada de fiebre alta, muchas veces de comienzo súbito, intenso dolor de cabeza, tos seca, dolor de garganta, fuertes dolores musculares y mucho decaimiento.

Aunque se la subestima como un resfrío un poquito más fuerte de lo normal, la influenza o gripe no es una infección banal: puede incapacitar para realizar tareas laborales y derivar hacia cuadros más complicados como la neumonía.

Pablo Bonvehí, jefe de Infectología de Cemic e integrante de la Sociedad Argentina de Infectología, explicó que desde marzo de 2020 hasta fines del año pasado no hubo prácticamente detecciones de influenza ni de otro virus respiratorio, fuera del SARS-CoV-2.




«Lo que se vivió en los últimos dos años fue algo histórico. El parate que hubo en la movilidad, la socialización, las actividades educativas y laborales, más el uso de barbijo, hicieron que el resto de los virus también hayan tenido menos posibilidad de transmitirse. En la medida en que empezaron a relajarse las medidas de distanciamiento social y aumentaron los viajes, volvieron a circular y ya para octubre del año pasado en el Hemisferio norte (en el otoño/invierno boreal) empezó a haber más casos de influenza”, dijo.