La decisión estuvo a cargo de los magistrados Alejandro Portunato, Rubén Darío Hernández y Julián Busteros. Fue a raíz de un pedido la defensa de Perozzi, que solicitó el otorgamiento de la excarcelación o morigeración de la detención con un arresto domiciliario.
El pedido de la defensa de Perozzi
En su presentación, la defensa del empresario expuso que éste fue «mal aconsejado por su anterior abogada, lo que hizo que no se presentara al juicio en tiempo y forma y, en consecuencia, se lo declarara en rebeldía». Además, argumentó que no existe «riesgo procesal» y que la condena a seis años de prisión impuesta a su defendido no ha quedado firme.
Sin embargo, el Tribunal resolvió no dar curso al pedido de excarcelación, fundamentando esa decisión en que Perozzi solamente se presentó al juicio al verse acorralado por las medidas judiciales impuestas en su momento (como el pedido de captura, por ejemplo) y que ha intentado «frustrar los fines del proceso y que no se encuentra acreditado que haya recibido amenazas coactivas en su actual sitio de detención».
Peligro de fuga
Además, para los magistrados está «acreditado» el peligro de fuga, ello en base a su comportamiento durante el debate y que «su familia, sabiendo de las medidas adoptadas para su comparecencia al juicio, consintieron su sustracción al mismo».
De acuerdo con fuentes del caso, Perozzi adujo en su momento que, al ponerse a derecho ya en la sede del Tribunal, pidió disculpas, dijo que tuvo miedo y que por eso hizo la «locura» de irse. Ese comportamiento, sostuvo el ahora condenado, obedeció al consejo de quien entonces era su abogada defensora, la Dra. Muratorio, quien según los dichos del propio Perozzi le pidió dinero para no ir preso.
Además, Perozzi sostuvo que esa misma abogada le pidió que apague el teléfono para no ser rastreado, y que además acompañó un certificado de Covid 19 positivo que el propio empresario luego admitió que era falso.
Para el Tribunal quedó en claro que Perozzi hizo todo lo que tuvo a su alcance para evitar el pronunciamiento en su contra: cambió de abogados, huyó, pagó para no ir preso, apagó su teléfono para no ser localizado y presentó un certificado trucho alegando tener Covid.
Por otro lado, al pedir la excarcelación, la defensa adujo también problemas de salud de Leonardo Perozzi, indicando «una infección de tipo ocular» que no podía ser tratada en un marco de encarcelamiento. Sin embargo, el Tribunal ordenó la atención médica correspondiente, pero que el diagnóstico arrojó una «conjuntivitis».
Por otra parte, sobre el riesgo de fuga, el tribunal consideró los recursos económicos con los que cuenta el empresario, lo que podría facilitar una fuga.
Cabe resaltar que Perozzi fue condenado por el delito de abuso sexual calificado por el vínculo en perjuicio de sus dos hijos (cuyas identidades se reservan), los cuales fueron cometidos entre marzo de 2015 y marzo de 2017, en la localidad de Hudson. Por ello recibió una pena de seis años de prisión de efectivo cumplimiento.